Dado el alto grado de perturbación que Pablo presentaba ante cualquier situación inesperada, lo llevé con una psicóloga infantil. Ella pudo darse cuenta que tenia un miedo casi irracional a perderme de vista. Le conté que había sido mal tratado por la nana mientras yo trabajaba y por lo mismo estaba llevándome al niño a trabajar conmigo pero al estar trabajando mi atención hacia él era prácticamente cero es decir no había tiempo para hacer juegos o actividades educativas. Dado otros antecedentes diagnosticó una Inmadurez Emocional y recomendó una psicoterapia, mas bien para los padres, para aprender nosotros a manejar las rabietas. Pablo pasaba de estar decaído, con falta de atención a tener una actitud ansiosa, inquieto, con perturbación del sueño y unos ataques de furia que nos dejaban agotados. La psicóloga lo encontró retrasado emocionalmente para su edad cronológica y probablemente una gran secuela de los maltratos lo tenia con miedo lo que se manifestaba con llantos de noche y en el día a cualquier cambio en donde estuvieran personas desconocidas, también a que yo desapareciera y él pudiera ser agredido. También ella barajó la posibilidad de una Timidez Extrema en donde los niños no hablan, son retraídos y ante situaciones nuevas no saben como reaccionar y se vuelven ansiosos.
Todo era posible en esa búsqueda que me tenía orientada a encontrar alguna respuesta al instinto de madre...
Todo era posible en esa búsqueda que me tenía orientada a encontrar alguna respuesta al instinto de madre...