EXPERIENCIA COLEGIO 4º BASICO...

     El colegio al que llegamos era pequeño, no muy bonito en infraestructura. Le explicamos a la directora lo que nos había ocurrido en el otro colegio y lógicamente le hablamos sobre la disfasia que Pablo tenía. Ella no nos puso ningún obstáculo y quedo matriculado.
     El primer día todo iba bien hasta que fui a buscarlo, y como comenté en la entrada anterior me encontré con la sorpresa de Pablo llorando a mares y la profesora jefe indignada por el comportamiento agresivo de mi hijo, obligándome que lo llevara a un psiquiatra para tratamiento, que ese no era un colegio para niños "de ese estilo". La inspectora que también estaba presente me dio incluso un nuevo diagnostico: niño con hiperactividad. Y me recomendó hasta un medicamento!
    No se si pueden imaginar como me sentí en ese momento. Todo se me vino encima. Mis esperanzas, mis ilusiones que mi hijo pudiera estar en un colegio, sentir su angustia con ese llanto. Y por otro lado una impotencia y rabia enorme hacia la profesora que en una verborrea sin parar, disparaba mil palabras sin siquiera darme un tiempo para poder entender lo que ocurría.
     Salimos del colegio, ambos en silencio, y caminamos hacia una plaza cerca. Me tiré al pasto y no pude contener el llanto. Las lágrimas se salían solas a borbotones, lágrimas encerradas por mucho tiempo contenidas.
     Hablé con mi hijo, sin saber si lo que yo decía él podía comprenderlo totalmente, lo reté. Le dije... por qué te portaste así? por qué agrediste a tus compañeros? dime que te hicieron? este es otro colegio, son otros niños! Hemos buscado colegio juntos y ahora que encontramos uno, te peleas con ellos! por que?
     El solamente estaba ahí a mi lado, sin hablar. Escuchaba mis quejas. Nos quedamos un buen rato y decidí que camináramos hacia la casa en vez de tomar locomoción.
En el camino, en ese silencio.... me habla.
- mamá, ella me preguntó y yo pensaba la respuesta
- que te preguntó?
- las tablas de multiplicar
- no las sabías?
- si, las sé mamá
- y por qué no respondías?
- estaba pensando y ella siguió preguntando. Escribió en la pizarra y me sacó
- a donde te sacó?
- a la pizarra y mis compañeros miraban.
- te sentiste observado por ellos cuando la profesora te preguntaba?
-..ammm si. Un compañero se rió. Me dio rabia
- por eso lo golpeaste?
- .... si y a ella también (a la profesora) porque se enojó conmigo.


Al llegar a la casa y seguir hablando me di cuenta que mi hijo se sintió ridiculizado frente a los demás que contestaban con rapidez y que la profesora sin saber que Pablito estaba armando la frase en su mente para decirla, debíó haber pensado que no tenía idea!

     Fuimos citados al colegio para explicar "el extraño comportamiento". No entendieron para nada que era eso de Disfasia pero llegamos a un acuerdo...
- tía, como padres nos comprometemos en traerles el diagnostico médico y algunas pautas para ustedes. En que se compromete usted? Para usted esto será un desafío o lo considerará el alumno "cacho" que hay que aguantar?
     La profesora y la inspectora se sorprendieron con mi pregunta pero finalmente la tía dijo que era un buen desafío. Pero me advirtieron que ese año los niños daban prueba SIMCE y que desde ya descartaban que ese día mi hijo diera la prueba... porque podía bajarles el promedio.
     Para mi también fue un desafío. Hablé uno por uno con cada profesor explicando el caso de Pablo. Solo uno de ellos anotó en un papel la palabra disfasia después de haberme dicho que quizas ese colegio no era para él y que talvez necesitaba "otro tipo de colegio".
- Profesor, me encantaría que por libreta me de el nombre del "otro" colegio, porque llevo mucho buscando uno en donde él  no solo sea bien acogido sino incluido, estaría super agradecida.
Ese profesor fue mi mejor aliado durante ese año. Me buscaba para conversarme sobre lo que había averiguado de la Disfasia, además sorprendido del nivel de esfuerzo que veía en mi hijo por sobre los otros niños catalogados de "normales" y habló con los alumnos del curso explicándoles que Pablo era un niño normal, solo que tenía dificultades para expresarse.
     Los meses transcurrieron mejor de lo que pensábamos. Buscando por aquí y por allá en la municipalidad, conseguí un cupo para que Pablito pudiera ser evaluado y tratado con fonoaudióloga y psicopedagoga 3 veces a la semana. Lamentablemente debo decirlo, todas las medidas que ellas aportaban para el colegio, ninguna fue tomaba en consideración a la hora de las pruebas. Y aún asi, Pablito no faltaba un día a clases, sus cuadernos ordenados y limpios con buenas notas en las pruebas reflejaban que las dificultades eran superadas por merito propio.
     Arrepentidos de haberme dicho que Pablo no diera la prueba SIMCE, me tuvieron que pedir que lo llevara ese día y que diera las pruebas ya que  él tenía muy buen promedio....Me hice de rogar y me rei con una satisfacción muy grande.
     El resto de sus compañeros aprendieron a conocerlo, aceptarlo e incluso ayudarlo cuando él quería decir algo. No todos, pero la gran mayoría. También hubo bullying de algunos del curso y de otros cursos pero fue un lapso breve que fue rápidamente tratado.
     El final del año escolar llegó. Un agotador año. Ir a terapia día por medio, llegar a la casa de noche, preparar mochila, hacer tareas y estudiar para las pruebas. Todo era como una máquina andando sin parar pero que se vio reflejado con un lindo diploma en la ceremonia final por su esfuerzo personal y superación.
     Sintió un gran orgullo parado frente al colegio con su diploma en la mano posando para la foto. Supo que podía superarse. Que podía tener amigos que reían con él. Se sintió integrado, apoyado, comprendido y lo mejor... valorado!


NOTA: prueba SIMCE,  Sistema de Medición de la Calidad de la Educación, se aplica en varias áreas como matemáticas, lenguaje, ciencias, educación física e ingles en los cursos de 2º, 4º, 6º  y 8vo básico y en 2º y 3º medio. Según el curso, son las pruebas aplicadas y además a los padres se les entrega un sobre con información que deben entregar sobre varios aspectos del colegio.