¿QUE ES LA DISFASIA?...

      La Disfasia es una alteración severa del desarrollo del lenguaje tanto en la parte comprensiva como en la expresiva y que no evoluciona espontáneamente  hacia la normalización.
Esta alterada la forma  en que su lenguaje no logra una estructura, la cual se traduce en una desviación de todos los procesos asociados con el desarrollo del lenguaje. Es decir, el lenguaje es la capacidad para organizar el pensamiento, canalizar lo aprendido y regular las conductas, si el lenguaje falla también habrá problemas a nivel emocional, conductual, relacional, cognitivo e incluso de la percepción.
     Su causa u origen es aún desconocida ya que no se explica de forma orgánica evidente o por lo menos detectable. No se debe a un problema a nivel intelectual, a un déficit en la audición, tampoco a un trastorno neurológico, metabólico, cromosómico o un trastorno generalizado del desarrollo. Las causas de la disfasia están en estudio y se define por "exclusión" es decir como las causas que podrían provocarlo NO están, se van descartando y quedan finalmente... "sin explicación" (hasta el momento).
     Se debe entender que la disfasia no es una enfermedad sino que surge como síntoma de la dificultad para adquirir el lenguaje. Nosotros no escuchamos sonidos aislados sino una serie de sonidos que forman palabras y asociamos a cada una de estas un significado. El niño disfásico no logra identificar, ordenar ni unir estos fonemas para formar la palabra. A él se le presenta un rompecabeza desarmado imposible de formar sin la ayuda necesaria.
     Muchas veces los niños no hablan a la edad adecuada, los pediatras o la misma familia lo asocian a que es hijo único y muy mimado, porque esta poco estimulado o inmaduro.. "ya madurara". Estas ideas son absolutamente erróneas y retrasan un tratamiento temprano.
     Los padres que observan que su hijo demora en hablar pueden compararlo con niños de su misma edad sean estos hermanos o simplemente con otros niños jugando en la plaza.
     Consulten con su pediatra, luego con un neurólogo infantil (ojala especializado en el área de lenguaje) y por ultimo con un fonoaudiólogo infantil especializado en lenguaje. Teniendo el diagnóstico con exámenes y test podrán comenzar un camino de ayuda que les aseguro no será fácil ni inmediato pero dependerá en un gran porcentaje de su paciencia y sobre todo de la constancia en ir a las terapias, ayudarlo en casa, apoyarlo en el colegio y verán que poco a poco van saliendo adelante.
     Recuerdo que le pregunté al neurólogo que pasaba si un niño con disfasia no recibía nunca tratamiento o este era inconstante. Me respondió, aprenderá con sus propios métodos a ser "autovalente", (muchos aprenden por imitación) lo suficiente para lo mas básico pero sufrirá mucho al darse cuenta que es distinto sabiendo que puede ser mas.. pero no sabrá como lograrlo.
     La disfasia es superable con metodología y un ambiente favorable, dándole herramientas para que logre comunicarse. Pueden tener problemas de lenguaje pero pueden perfectamente vestirse solos, echar su colación en la mochila, colocar los cubiertos en la mesa, dejar la ropa sucia en un canasto o ayudar amasando para hacer pan. No los sobre protejamos, son normales, sanos y nosotros no somos eternos.
Recuerden:
No tenemos "un disfásico" en casa, tenemos un hijo, un niño con disfasia que aprenderá y avanzara según sus propios tiempos. 

DIAGNOSTICO: DISFASIA ...

     Regresé a la consulta del neurólogo con una carpeta llena con los resultados de los exámenes.
Para mi todos resultaron complicados de efectuar, para dormirlo, para sacarle sangre, algunos fueron muy difíciles y fuertes de soportar. El médico lo examino físicamente, mi hijo se dejó examinar sin problemas. La vez anterior no consiguió ni siquiera tocarlo. Interactuaron sin problemas ambos, jugaron con unos autitos inclusive. Mientras lo miraba y examinaba el médico me preguntó sobre la toma del medicamento y cómo eso estaba funcionando, si había tenido algún problema. Me quedé un rato callada sabiendo que no se los había dado. Tuve que asumir el reto que me llegaría por mi irresponsabilidad y le dije que no se los había dado porque había estado viendo las contraindicaciones y me dio miedo. El médico me quedó mirando callado mientras yo pensaba.. ya, aquí viene la reprimenda. Me dice... ¿no se lo estas dando? Tragando saliva le digo, No doctor.
     No podía creer que mi hijo estuviera así de apacible, tranquilo y relajado sin el medicamento y que lo había logrado solo con autocontrol... mío y de él. Se sonreía y me felicitaba ¿Cómo lo hiciste? me repetía. Me llenó de orgullo haber logrado calmar mi propia angustia y haberle transmitido esa nueva vibración a mi hijo. Vio los exámenes detenidamente un buen rato y finalmente me dijo que Autismo no era. Que lo que tenía Pablo era Disfasia. 
Pero ¿Qué era la Disfasia concretamente? ¿Tendría curación?